Concrete Stories 003: Mario Cano

⁠¡Hola! Mi nombre es Mario Cano, vivo en Barcelona desde 2017 y soy de origen colombiano, específicamente de Manizales, Antioquia. Me dedico a grabar vídeos de skate y también otros tipos de contenidos como eventos, música y todo lo que se pueda generar a partir del arte. Trabajo por las noches en The Station, donde hago cócteles para poder compaginarlo con lo demás.

 

¿Cómo ha sido tu transición para integrarte en Barcelona desde que llegaste hasta ahora, y cómo has visto evolucionar la escena del skateboarding durante este tiempo?


Ya había venido varias veces porque siempre que grababa un tour o algo o cuando alguien viajaba fuera del país siempre acaban en Barcelona. 

Mi transición fue relativamente fácil, porque muchos años antes, en 2006, tuve una experiencia migratoria un poco desagradable y decidí que no volvería hasta tener algo más seguro: una imagen personal y proyectos en los que trabajar. 

Volví en 2017 a Barcelona desde Valencia, después de una ruptura con mi pareja de ese momento, y decidí empezar de cero aquí. Como ya conocía un poco la escena del skate por mis viajes anteriores fue más fácil adaptarme.
La evolución del skate en Barcelona, la verdad, siempre ha ido creciendo. Cada vez que venía, veía gente patinando muy bien, de todas partes del mundo. Ahora hay tanta gente de tantos países que es difícil incluso recordar qué trucos se han hecho y cuáles no, jaja.

 

¿Cómo se puede preservar la esencia del skateboarding en Barcelona, amenazada por la gentrificación, la criminalización y la depredación del diseño urbano en espacios emblemáticos como el MACBA y el Raval?


Yo pienso que el skate es algo que no tiene límites, así que siempre encontraremos la manera de patinar en la calle u otros spots. Está claro que es una mierda que las plazas más emblemáticas, como el MACBA, se llenen de gente que no aporta nada a la cultura y que solo hace que nos vean como delincuentes o lo que la sociedad cree por lo que ve. Pero bueno, para mí, la manera de preservarlo es documentando y viviendo el estilo de vida que el skate te da: viajar, conocer gente, hacer nuevas conexiones y formar comunidad.

 

¿Qué es lo más difícil de vivir del skate y trabajar como filmer? ¿Cómo es el trato dentro de la escena?

Vivir del skate se puede... pero en España se gana lo justo. A veces se gana bien, otras veces muy poco, depende mucho de cómo esté la situación. Después del COVID, la industria del skate en general ha caído bastante. Muchas tiendas y marcas compraron mucho stock pensando que se iba a agotar, pero al final eso no pasó. Se llenaron de producto que no se vendía, y muchas marcas, sobre todo las pequeñas, terminaron cerrando. Incluso el producto nacional ha muerto un poco con todo eso.

Hoy en día, creo que la forma más viable de vivir del patín es viajando, conectando con marcas de otros países, trabajando fuera y luego volviendo a Barcelona para seguir generando conexiones. Usar Barcelona como una especie de imagen personal, un punto de referencia, pero no necesariamente como base para ganarse la vida.

En mi caso, grabar skate es más un trabajo secundario. Me ocupa mucho tiempo porque me encanta hacerlo, pero lo que realmente me paga las cuentas ahora mismo es el bar donde trabajo, el Station. Todo lo que consigo del skate, económicamente hablando, lo veo como un extra, como dinero caído del cielo. Nunca esperé ganar nada con esto, así que cada pequeño ingreso es una sorpresa que me motiva a seguir. A estas alturas, me doy cuenta de que si quiero seguir creciendo y vivir bien del patín, mi próximo paso no es quedarme en Barcelona, sino probar suerte en otro país, en una industria más grande, y poner ahí mi trabajo.

¿Y cómo es el trato dentro de la escena?

En Barcelona, a veces parece que hay bastante competencia, pero si te pones a mirar bien, tampoco hay tantos filmers de skate. Hay mucha gente que graba, que tiene su cámara, pero personas que se dediquen a esto como un trabajo, de forma profesional, día a día… hay pocas, la verdad.

Así que sí, hay competencia, pero también hay espacio para quien realmente se lo curra. Personalmente, siempre he trabajado con gente de fuera, skaters que están de paso por la ciudad. La escena local en España está bien, aunque yo creo que es en Madrid o en el norte donde está más presente. Barcelona, en cambio, es mucho más internacional, una ciudad de paso donde se mezcla todo.




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